«Funcionamiento
de una zona de innovación Partners
HealthCare, que dirige un grupo de grandes hospitales en Boston y sus
alrededores, tiene una forma interesante de abordar el concepto de zona de innovación.
Ha
creado un Grupo de Investigación e Iniciativas (RVL) dedicado a descubrir
nuevas ideas, fomentarlas, invertir en ellas, medirlas y hacerles un
seguimiento. Hay un proceso para evaluar las ideas de forma
transparente y abierta, a continuación desarrollar las ideas con sus creadores
con el fin de elegir las mejores vías de comercialización y, finalmente,
canalizar el valor que genere la idea para que revierta en la organización (una
cantidad específica vuelve directamente al inventor). Éstos son procesos
inexistentes en la mayoría de las organizaciones que intentan pasar de la
invención a la innovación. El RVL, por cierto, informa directamente al director
ejecutivo de Partners.
El
resultado ha sido una enorme creación de valor, junto con la institucionalización
de la innovación como parte esencial del panorama organizativo de la empresa.
El RVL ha dado lugar a un aumento del 30% de nuevas invenciones de un año para
otro, 12 nuevas empresas y 327 millones de dólares en ingresos a partir de la
innovación de estas ideas. Aunque algunas de las innovaciones son grandes éxitos
en el sentido farmacéutico (por ejemplo, el medicamento Enbrel contra la
artritis), la mayoría de las ideas que comercializa el RVL constituyen cambios
incrementales. A pesar de que son pequeños, añaden un valor cuantificable. Éste
es un punto clave: si no se puede medir el valor de las innovaciones
incrementales, se acaba dependiendo de los grandes éxitos para demostrar que la
organización es innovadora. Esto es un gran error, con un efecto corrosivo en
el funcionamiento de la empresa como organización innovadora.
La
institucionalización de la innovación significa que a los inventores de
Partners se les ofrece lo que el RVL llama
una “salida interna”, una forma de llevar sus ideas al mercado sin
necesidad de abandonar la empresa. Esta idea no es nueva. Muchas empresas, como
Xerox PAR C, Bell Labs y muchas asociaciones académicas, han intentado crear
entornos parecidos para animar a sus empleados a desarrollar sus ideas dentro
de la organización. La diferencia es que, en el RVL, el grupo interno no es el
creador o el que desarrolla la idea, sino el facilitador. El RVL no es en
absoluto un laboratorio o un departamento de I+D. Es un “enlace” entre el
creador de la idea y las muchas fuerzas y partes implicadas que deben
participar en ella para que sea puesta en práctica o comercializada.
Por
supuesto, los incentivos y las recompensas económicas mutuas son la base de
cualquier asociación empresarial. El RVL no es diferente en este sentido; los
científicos reciben normalmente el 25% de los derechos de sus descubrimientos. No
obstante, el reconocimiento puede producirse de muchas formas diferentes y no
tiene por qué ser necesariamente monetario. En una era caracterizada por la
rapidez de la innovación, así como por el gran volumen de innovaciones, la
salida interna es un mecanismo clave para retener el capital humano y
aprovechar el poder de las mentes innovadoras. El verdadero beneficio de dar a
los empleados salidas internas se obtiene a largo plazo: crear un grupo de
inventores dentro de la empresa que, con el tiempo, generen una gran cantidad
de nuevas y valiosas ideas».
Artículo:
«Liderando en la zona de innovación».
Autor:
Tom Koulopoulos.
Editorial:
(no se menciona).
Presenta: M.C. Enrique Ruiz Díaz.
Con
título y cédula profesional 5632071 en la Maestría en Ciencias de la
Computación.
Egresado
del Instituto Tecnológico de Orizaba, Veracruz, México.
No comments:
Post a Comment