Monday, June 29, 2015

Conocerse a sí Mismo.





«Conocerse a sí Mismo. Sócrates adoptó la máxima del oráculo de Delfos, “conócete a ti mismo”, y la convirtió en uno de los pilares de su filosofía y sus enseñanzas. La conciencia de uno mismo (conciencia emocional, autovaloración ajustada y autoconfianza) constituye el primer grupo de habilidades de inteligencia emocional en la clasificación de Goleman sobre las que se apoyan las demás. Ello es debido a que, para aprender en profundidad, necesitamos ser conscientes de nuestras carencias o limitaciones y también de nuestras fortalezas, para poder apoyarnos en ellas.

El conocimiento que tenemos del mundo está limitado por la estructura de nuestro sistema nervioso y la estructura del lenguaje. No experimentamos el mundo directamente, sino por medio de abstracciones. Según el lingüista Alfred Korzybsky, quien acuñó la frase “el mapa no es el territorio”, nuestro pensamiento se aparta de la realidad de los hechos a través de tres procesos: omisión, generalización y distorsión. Para comprender lo que decimos, tenemos que descubrir la estructura profunda del lenguaje, completando, especificando o modificando el mensaje superficial. De este modo podemos pasar de “No se puede confiar en la gente” a “Carlos no ha cumplido las expectativas que yo había depositado en él”.

Fue Bateson quien analizó y difundió la frase de Korzybsky, añadiendo que “el mundo mental es sólo un mapa de mapas, hasta el infinito”. Bateson, un científico de talante renacentista, formuló una teoría sistémica de la comunicación e insistió en que el lenguaje crea realidades.

Las creencias son una construcción. Nos dibujan un mapa del territorio, pero no son el territorio: nosotros sólo vemos el mapa, pero la realidad es mucho más compleja. Lo que percibimos está en función de nuestros paradigmas o modelos mentales. Los paradigmas son los modos en que las personas vemos, comprendemos e interpretamos el mundo. En palabras de Stephen Covey, “son mapas de nuestras mentes y corazones que dan origen a nuestras actitudes y conductas y, en última instancia, a resultados”. Por ejemplo, si creemos que el mundo es un lugar hostil, nos apartaremos y nos pondremos a la defensiva, con lo cual nuestras relaciones personales se verán claramente deterioradas.

Covey bebe en las fuentes de otros pensadores más antiguos, como el filósofo estoico Epícteto, que decía: “No son las cosas que nos pasan las que nos hacen sufrir, sino lo que nos decimos sobre estas cosas”. En el mismo sentido, Wittgenstein propone que la misión de la filosofía es luchar contra el “embrujamiento” de nuestra inteligencia por el lenguaje, y así afirmaba que “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”.

Como mentores, hemos de conocernos a fondo para evitar proyectar en el mentorando nuestros propios modelos mentales. Por ejemplo, si identificamos las cosas que “nos sacan de nuestras casillas”, estaremos en mejores condiciones de asumir la responsabilidad de nuestras emociones negativas sin atribuírselas al otro, que sin darse cuenta las ha disparado. Además, puesto que cada uno de nosotros posee un mapa distinto, se hace necesario entender el mapa del otro si queremos
alcanzar la comprensión mutua».

Título del Resumen: «Desarrollo de Competencias de Mentoring y Coaching».
Autor: Beatriz Valderrama.
Editorial: Leader Summaries.


Presenta: M.C. Enrique Ruiz Díaz.


Con título y cédula profesional 5632071 en la Maestría en Ciencias de la Computación.
Egresado del Instituto Tecnológico de Orizaba, Veracruz, México.

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