«[La
Mente errante] …Y esta situación nos
lleva de nuevo a los lugares hacia los que la mente suele, en tales casos,
encaminarse, que son nuestras preocupaciones y asuntos personales sin resolver
o las cuestiones que estamos tratando de desentrañar. Por eso, por más que la mente
errante influya en el foco de atención inmediato de la tarea que estemos
llevando a cabo, no deja de hallarse también al servicio de la solución de
problemas que afectan a nuestra vida.
Una
mente a la deriva libera muchos jugos creativos. Cuando nuestra mente divaga
mejora nuestra capacidad en cuestiones que dependen del destello de la
intuición, desde ingeniosos juegos de palabras hasta invenciones y pensamientos
originales. De hecho, las personas muy diestras en tareas mentales que exigen
control cognitivo y poseedoras de una boyante memoria operativa, que les
permite resolver complejos problemas matemáticos, pueden tener problemas, si no
saben desconectar de su atención concentrada, con las intuiciones creativas.
Entre
las funciones positivas de la mente errante se hallan, además de proporcionar
un refrescante descanso a los circuitos destinados a una concentración más
intensa, la generación de escenarios futuros, la reflexión sobre uno mismo, la
navegación a través de las complejidades del mundo social, la incubación de
ideas creativas, la flexibilidad de la concentración, la ponderación de lo que
estamos aprendiendo, la organización de nuestros recuerdos o la simple
reflexión sobre nuestra vida».
Daniel Goleman
Presentó: M.C. Enrique Ruiz Díaz.
Con título y cédula profesional 5632071 en
la Maestría en Ciencias de la Computación.
Egresado del Instituto Tecnológico de
Orizaba, Veracruz, México.
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