Existen dos tendencias
contrapuestas en la forma de gestionar la empresa: una primera que aboga por la
gestión entendida como una ciencia, basadas en la utilización de herramientas
tecnológicas y estadísticas, y otra en la que la capacidad de competir de la
empresa recae enteramente en la capacidad de improvisación y artística de la
empresa.
Gestión
científica.
Las empresas son cada vez
más grandes y complejas y requieren de nuevas herramientas para su gestión.
Este tipo de herramientas que incorporan mejoras tecnológicas y de control
estadístico son las únicas capaces de asegurar que la gestión de grandes
empresas transnacionales sea factible y viable.
Por las condiciones del
entorno, que obliga a considerar un mayor número de variables, la toma de decisiones en las
organizaciones basada en el instinto ya no resulta apropiada y cada vez es más
necesaria la utilización de técnicas y software que incorporen algoritmos. Sin
embargo, la sistematización de todos los procesos no da pie a la exploración, y
se concentra en la explotación de los resultados existentes.
Gestión
artística.
Esta concepción deja a
merced de la improvisación y de la creatividad de los trabajadores de la
empresa el destino de la empresa. Al contrario que en el caso anterior, esta
visión de la empresa se caracteriza por la exploración continua, es un
hervidero de ideas altamente creativas y potencialmente valiosas, pero la falta
de una estrategia para su explotación le impide obtener recursos, lo que
inexorablemente desemboca en el fin del negocio.
Ambas formas de gestión no
solamente son completamente opuestas sino que asimismo muestran formas extremas
de entender la gestión empresarial que, sin embargo, llegan a darse en el entorno
empresarial. La conclusión, por tanto, es que una gestión eficiente, además de
estar adaptada a las necesidades de cada caso, resulta de la búsqueda de un
equilibrio entre ambas concepciones.
Se necesita de una cierta
cantidad de exploración para ser creativos (caos creativo), pero esta cantidad
de ninguna manera puede constituir el principal activo de la organización. La
generación de demasiada incertidumbre disuade a los miembros de una organización
a la hora de realizar un esfuerzo, y es necesario que se definan una dirección
y unas metas a la vez que se requiere de una cierta estructura que ofrezca la
suficiente libertad para que el trabajador actúe de manera creativa en el
desempeño de su actividad.
Del libro: «Manual de la Creatividad
Empresarial»
Autores: (No se especifíca).
Editorial: Crea Business Idea
M.C.
Enrique Ruiz Díaz.
Con título y cédula profesional
5632071 en la Maestría en Ciencias de la Computación.
Egresado del Instituto Tecnológico de Orizaba, Veracruz, México.
No comments:
Post a Comment